8 cosas que he aprendido de escribir mi primera novela
La cosa es que cuando yo escribía fanfiction, en el año de la polca, no tenía ni idea de técnicas lierarias. De hecho, escribía fanfics porque no me veía capaz de crear mis propios personajes. Ahora mismo, con algo más de perspectiva y un pelín de experiencia, puedo decir que todo lo que me faltaba era un poco de conocimiento previo; así que si con estas líneas puedo animar o ayudar a algún autor novel, bienvenido sea. Aquí tenéis ocho cosas que aprendí escribiendo mi primera novela:
1. La preparación es clave. No te la saltes
Da igual si eres de brújula o de mapa; todos los autores tenemos que tener un cierto grado de preparación antes de ponernos a escribir. Cuando era más pequeña, me sentaba con un papel en la mano y me ponía a relatar historias rándom sobre personajes que ni sabía quiénes eran ni hacia dónde iban. Cierto, los settings eran curiosos y tal vez algún día me decida a retomar alguna y darle un giro más adulto, pero es imposible terminar algo que no sabes hacia dónde va. O, más bien, si no sabes qué quieres contar con ello. Tener un propósito para tu historia no es solo un motivo para que la gente te lea; también es un motivo para que tú la escribas.
2. Planifica los puntos de giro
No soy muy fan de hacer escaletas, lo reconozco. Tampoco de ir planificando escena por escena lo que va a pasar. Me gusta la improvisación, la idea de poder traer nuevas interacciones de forma espontánea y dejar que los personajes fluyan. Sin embargo, algo que he aprendido del contraste entre escribir la primera y la segunda parte de Falling es que tener marcados ya los puntos de giro de la narrativa facilita mucho las cosas. Y cuando digo mucho, digo muchísimo.
Escribí el primer borrador de mi primera novela en menos de un mes y me sobraron diez días para hacer las primeras correcciones. No tenía totalmente decidido cómo iba a acabar, pero sabía qué sucesos iban a llevar al cierre. Tener esas ideas claras, las cuales no había preparado para la segunda fase, hicieron que el proceso de auto-corrección fuera un paseo. Para la segunda parte, tenía uno de los giros y el inicio pero me faltaba el final; y dios mío, la diferencia. He acabado reescribiendo más de la mitad y mi bi-logía se ha convertido en una tri-logía porque había demasiado contenido para un solo libro. No os hagáis eso. Planificad. Os vais a sorprender de la cantidad de tiempo que se ahorra cuando tienes un plan que seguir. No tiene que ser cerrado, siempre se puede cambiar de idea (lo cual a mí me tranquiliza bastante) pero tener una ruta hace que el proceso sea mucho menos frustrante.
3. Recrea a los personajes en tu cabeza
Quizá la parte que más pensé que me iba a costar era la de crear mis propios personajes; precisamente por ese miedo de no ser capaz de crear unos seres que me enamoraran como los que ya conocía de otras series o libros. Lo que más me ayudó a afianzarlos antes de empezar a escribir fue imaginármelos en mi cabeza, en situaciones muy distintas y ver cómo reaccionarían. Poco a poco empiezas a verlos en situaciones nuevas. "X es el tipo de persona que..." y de esta forma se va definiendo cada vez más la dimensión del mismo. Lo más básico sería saber qué quiere y qué le impide conseguirlo; pero a partir de ahí, ancha es castilla. Me gusta pensar que los detalles pequeños son los que hace que un personaje que sea creíble y que la gente conecte con él. Me gustan en particular los diálogos en los que hablan de tonterías o se abren emocionalmente. Todo pura dimensión.
4. No tengas prisa. Bueno, un poco sí
Todo el mundo tiene unos horarios distintos y vive dios que en los próximos meses no voy a tener tanto tiempo como hasta ahora. Sin embargo, es muy cierto que escribir una historia "del tirón" tiene muchos beneficios. Si escribes con frecuencia y más o menos a la misma hora, no solo te darás cuenta de que conectas mejor con todo lo que está pasando dentro de la novela, sino que además, avanzarás más rápido.
Es más fácil ser creativo con lo que haces cuando tienes el hábito de buscar ideas y descubrirás que, muchas veces, ese hype por concebir algo nuevo te hará escribir mucho más en un solo día. Los finales de mis historias las suelo escribir del tirón. Me he dado atracones en un fin de semana de más de 10.000 palabras porque no podía aguantar para cerrar el borrador. Es una cuestión de enganche a tu propia trama. Si alargas el proceso en el tiempo, lo más probable es que encuentres otras novelas y series que te susciten interés; y es muy fácil que te saquen de tu propia narrativa, precisamente porque estás buscando algo nuevo que te estimule. Si es posible, me gusta tener un primer borrador del tirón, porque para revisar es hasta bueno tener esa distancia con el texto. Pero para el primer borrador no. El primer borrador hay que vivirlo.
También es posible que durante el proceso de escritura te surjan ideas para un proyecto distinto (been there, done that). Mi recurso suele ser anotar todo y dejarlo listo para retomarlo cuando acabe el borrador de lo que estoy haciendo en el momento. No soy muy fan de escribir dos novelas a la vez porque como decía antes, es muy fácil sacarte de tu propia narrativa. Siento que hay una diferencia fundamental cuando estoy totalmente inmersa en lo que hago, ya que soy capaz de expresar las emociones de una forma mucho más libre. Si estoy alternando entre dos aguas, sí, escribiré algo medianamente entretenido, pero puede que no tan interesante.
Tal vez sea obvio, pero a mí me mueve mi propio interés por saber qué va a salir de mi cabeza. Es una especie de ruleta rusa mental en la que veo qué metáforas o líneas mueren y cuáles no. Para mí los borradores es mejor de uno en uno. Si voy teniendo ideas para la próxima novela, cojonudo. Las archivo y dejo listas para cuando tenga tiempo y las pongo en cola. ¿Que cómo elijo qué novela voy a hacer al acabar la actual? Pues la que me suscita más ideas, así de simple.
5. Te vas a frustrar y es normal
Nadie quiere escuchar que escribir tiene un lado desagradable, pero lo tiene; y te vas a chocar con él tarde o temprano. Hay momentos en los que, por mucho que sepas hacia dónde vas, no sabes cómo plasmarlo con palabras; y ese es el momento en el que te frustras y te replanteas toda tu vida como escritor. "¿Para qué me he metido en esto?" "¿Estoy perdiendo el tiempo?" "¿A alguien le importará que acabe esto o no?". Sí. A ti te importa y eso es lo que debería bastarte.
Toma algo de distancia y lo más probable es que la inspiración te de una visita o dos. A veces se me ocurre cómo cerrar según qué escenas durante la fase de revisión y es totalmente lícito pegar un volantazo y cambiarlas entonces. Sin embargo, tengo un método bastante desarrollado que es lo que hago normalmente cuando me noto sin rumbo: salir a andar.
Sí, eso es. Salir de tu cuarto, cambiar de ambiente y, sobre todo, hacer algo mecánico que no requiera esfuerzo. Cerca de mi casa hay un laguito con una charca en medio donde hay patos y peces y la gente va allí a pasar el día y a hacer barbacoas. Ese es mi sitio de buscar inspiración. Me pongo mis cascos con música que represente cómo me siento en el momento y doy vueltas sin ton ni son, sin buscar nada; y, lo creáis o no, muchos de los giros más brillantes que he tenido han venido de aquí. De no.hacer.nada.
Salir del zulo nos da otro punto de vista. La mente se refresca y vemos los conflictos de otra forma. A veces se me vienen a la cabeza escenas alternativas en las que los personajes se comportarían de maneras diferentes. Otras, se me ocurre un giro de trama que une x concepto con esto otro que había dejado abierto en tal escena. Es aleatorio y, desde luego, no infalible. Pero eh, hemos venido a jugar. Y no hay más satisfacción que la de sentir que has encontrado la pieza del puzzle que te faltaba. Aunque luego vaya unida en otro sitio.
6. El síndrome del impostor es real
Es real y te va atacar. Todo el mundo, por lo que yo sé, experimenta este miedo en algún momento del proceso creativo: el pensar que no eres tan listo como te crees. Tiene mucho que ver con la falta de autoestima, pero también con la percepción que tenemos nosotros mismos de lo que tiene valor. Tu historia va a tener valor fundamentalmente para ti; pero si te has sentado a escribirla es porque, en algún lugar recóndito de tu cabeza, querías compartirla con alguien. Pues ya está.
A veces complicamos demasiado las cosas. No ser un best seller no te convierte en un mal escritor. No vivir de la escritura no te hace más tonto. Y no ser un Stephen King en potencia no hace que lo que escribes no merezca la pena. Tengo marcados a fuego varios fanfics que leí en mi época adolescente. Estaban escritos como el culo, no me malinterpretéis; pero ¿acaso importa? En ese momento no me importaba la calidad literaria y solo quería pasarlo bien imaginándome a mis personajes favoritos en las situaciones más inverosímiles. Cumplió su propósito y le tengo un cariño enorme a la comunidad de aquella época. No lo cambiaría por nada; y, de nuevo, me marcaron a veces más que novelas que he leído en la adultez. Ser transcendental no es solo llegar a mucha gente; es el cómo afecta a sus vidas lo que tienes que ofrecerles.
Siempre vas a encontrar a gente que critique tu obra, eso es un hecho; pero también vas a encontrar a un grupo de personas, grande o pequeño, que lo van a amar de forma incondicional. ¿Por qué? Porque era justo lo que querían leer en ese momento; y todo lo demás es secundario.
7. Editar una vez NO es suficiente
Me habían dicho muchas veces que editar la novela era más duro que escribirla y, al principio no me lo creí. Ja,ja, inocente de mí. Editar es más largo, porque es el momento en el que tienes que pulir lo que has hecho en el borrador. Me atrevería a decir que ningún borrador es perfecto y menos si estás empezando en la escritura. No desesperes. Vas a cambiar muchas cosas y está bien. Si además cuentas con feedback de otra gente, te ayudará a entender mejor qué partes de tu historia necesitan mejorar y cuales no. Encontrarás cosas que los demás no van a entender y que tú quieres conservar y vicebersa. Está bien. Al final es tu libro. Tú decides.
Hasta ahora lo que mejor me ha funcionado ha sido hacer dos o tres revisiones por mi cuenta y luego enseñárselo a gente. Lo habitual es que para la tercera vez ya sepa de qué pie cogea mi historia y me es más fácil reestruturar diálogos y escenas. También debo añadir que soy de las personas que hacen un borrador parco y después enriquecen las descripciones. Sé que lo habitual es hacerlo al revés, pero se me da mejor engrosar cosas que podarlas *guiño* *guiño*.
8. Encontrar buenos beta readers es super ultra mega difícil
O sea, no. Encontrar cualquier beta reader es relativamente fácil. Probablemente tengas amigos y/o familiares dispuestos a leer lo que escribes, pero... ¿es eso lo que necesitas? En la mayor cantidad de casos, no. Cuando empecé esta aventura no tenía ni idea de que esto iba a ser lo más complicado de hacer, pero tiene sentido porque es algo que no depende de ti. Encontrar al beta-reader perfecto es como buscar un unicornio: raras veces se ven y hay gente que duda de su existencia.
Tiene que ser alguien que lea -duh- que sea lo suficientemente sincero para decirte lo que no le ha convencido o qué cosas cambiaría, pero sin ser un completo imbécil expresando sus opiniones. Los lectores están muy polarizados y encontrar a alguien que cumpla estas características es di-fí-cil.
Tus amigos probablemente te dirán que todo está genial y que vas a ser un autor/a de la hostia y blablabla. Como apoyo emocional, cojonudo; como avance para la novela, una mierda. No puedes ir por la vida pensando que todo lo que has hecho es perfecto. Es muy ombligocentrista y te vas a cortar a ti mismo la posibilidad de mejorar como escritor. No lo hagas, no merece la pena.
Por otra parte, la sinceridad de "esto es una mierda" tampoco ayuda. ¿Qué no te gusta? ¿Por qué crees que no funciona? La gente tiene que ser específica, pero muchas veces son muy vagos con la respuesta. Posiblemente porque no les interesa tu libro o porque lo están leyendo por obligación, pero pasa demasiado que leen x capítulos sin decirte nada y luego están como "bueno, no está mal, pero esto meh y ya". Eso. no. ayuda.
También otro error que he cometido es el de mandar la novela entera. Vamos a ver. Mi perspectiva es que tener la novelaal completo te deja ver mejor la estructura narrativa y el pacing de la obra, lo cual sigo pensando que es cierto. PERO se me olvidaba algo fundamental: la gente no tiene tiempo; y cuando lo tienen no suelen querer dedicarlo a un borrador de una novela amateur.
Es una putada, pero es la verdad. A la mayoría de la gente no le importa tu novela ni remotamente lo que te importa a ti; y menos cuando aún está en pañales. A partir de ahora mi proceso con los beta readers va a cambiar de forma radical y enviaré capítulo a capítulo o secciones muy cortas.
Empecé a enseñar el borrador meses antes de anunciar la fecha de publicación y ¿sabéis qué pasó? Nada. De todo el mundo a quienes se lo mandé creo que me quedaría con un par de personas. Por lo demás, ha sido una pérdida de tiempo y energía. Además, no soy muy partidaria de ir mandando rampante la novela por ahí cuando no está publicada en ningún sitio; por mucho que la registres, los riesgos de que alguien tenga la tentación de robarte algo son muy altos.
Así que nada; pocos betas, muy dosificados y cogiendo el feedback con pinzas. Me gustaría dar alguna visión más optimista del tema, pero la verdad es que hasta ahora ha sido la parte más decepcionante del proceso de escritura. No es fundamental en muchos casos, pero leñe; creo que a todo el mundo le gusta saber los potenciales problemas de tu obra antes de presentarlo a las masas; y mejor que te suelte un guantazo emocional un amigo que un desconocido en internet. Aún así, vuelvo a decir: tema espinoso. Si consigo hacer que funcione más adelante haré una entrada a propósito explicando cómo lo he hecho.
Y eso es todo por hoy. Espero que os hayan servido mis consejitos para comenzar a escribir. Seguramente más adelante añadiré más a medida de que depure mi proceso creativo. Aún así, mi pronóstico es tener cuatro borradores terminados en mi primer año de escritura y por lo menos dos ya corregidos. Vamos a seguir dándole caña. Mucho ánimo, escritores.


Comentarios
Publicar un comentario